El tiempo de verano escapa poco a poco....
Por ello, he decidido en esta ocasión reflejar el mar. He querido
acompañar estas fotografías con un relato inédito, que
he escrito yo misma y que, espero que os guste.
EL
PESCADOR DE AMANECERES
Erase una vez un hombre triste
que continuamente se lamentaba de su vida llena de contratiempos y sinsabores. Un buen día, llegó a sus manos una carta erudita. La carta sólo
tenía dos renglones escritos, y a medida que el hombre seguía leyendo, nuevas
letras iban apareciendo. Le decía que si quería encontrar la verdadera felicidad
debía seguir al pie de la letra sus instrucciones.
- ¿Y cuáles son estas? Pensó.
Tras el avance de su lectura, apareció
escrito que habría de asomarse todos los
días al mar. Con su ligera caña debía
pescar el amanecer perfecto. A partir de ese día dejaría de estar triste y
sería completamente feliz.
- ¿Cómo sabré que es el amanecer perfecto? , se
preguntó.
El sol se asomaría a un nuevo
día tras el sinuoso movimiento de su caña, y tras volver a su casa y alcanzar
la noche, él mismo sabría si había sido el perfecto.
Desconfiado, lleno de dudas
sobre lo que acababa de leer, el hombre volvió a su casa.
Sin embargo, acudió cada uno
de los días a su cita marinera.
Lanzaba su caña al aire y cuando ésta tocaba el
mar, el sol se desperezaba, abría los ojos y sus rayos luminosos iban apagando las
sombras de la noche. El hombre contemplaba atónito la escena, y con urgencia se
apresuraba a su morada para ver cómo iba a ser ese día. Esperaba que fuese el
ideal.
Así estuvo yendo a la playa
días, semanas y meses. Pescó todo tipo de amaneceres: intensos, con nubes,
lluviosos, claros…
Estaba aturdido y cansado.
Pasaban los años y el día perfecto nunca llegaba.
Jamás vio el amanecer que la
carta le anunció. Siempre había un día para
él que sucedía algo no deseado.
Aburrido y contrariado, este experto
pescador de amaneceres decidió un día dejar de ir al mar.
Se sentía defraudado.
Pensó, con enorme rabia por qué se habría dejado engañar por aquella absurda
carta.
En venganza, decidió cogerla del lugar en el que la tenía guardada para dejar
en ella grabados sus pensamientos de rabia.
Cuál fue su sorpresa que cuando fue a abrirla otra vez había en ella una nueva frase:
“Has
contemplado a diario un espectáculo maravilloso. El amanecer del día perfecto
es aquel en el cual tienes la enorme dicha de vivir para verlo”…
Autora: Toñi Guerrero.
Autora: Toñi Guerrero.
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